miércoles, 31 de agosto de 2011

Los 90 años de Pichina Hernádez

El Ceibo  festejo  los 90 años de Pichina Hernández
                        Pichina Hernández es directora de El Ceibo desde hace cincuenta y ocho años
"Pichina cobija bajo su poncho a todo el mundo, en la casa de ella siempre hay un mate", la define Griselda Cicalé, nieta de Pichina Hernández, la veterana directora de la Agrupación Tradicionalista El Ceibo,
Todavía barre el piso del salón donde ensayan los bailarines de su agrupación tradicionalista, de la que es directora desde 1953. Motor del grupo, su nieta destaca de Pichina el tener siempre una palabra justa.
Pichina cobija bajo su poncho a todo el mundo, en la casa de ella siempre hay un mate", la define Griselda Cicalé, nieta de Pichina Hernández, la veterana directora de la Agrupación Tradicionalista El Ceibo. "abuela de todos", que todavía barre el piso del salón antes de los ensayos, cumpla sus 90 años.
Nacida un 25 de mayo de 1953, la Agrupación El Ceibo partió del impulso de un grupo de jóvenes que se juntaron con las ganas de bailar danzas argentinas. Una de las fundadoras fue Azucena Hernández, hija de Pichina. "Necesitaban una persona mayor que los dirigiera y la eligieron a Pichina, porque todos ellos tenían 13 años y no se podían mover solos", cuenta Griselda y admite que la agrupación amalgama a diversas generaciones de bailarines. "Es que en El Ceibo se formaron varios matrimonios, después aparecieron los hijos que también bailan", agrega.
Lo característico del grupo es que enseñó siempre las danzas tradicionalistas del país, las del Norte, el Sur, el Este y el Oeste, con sus atuendos típicos. "Tuvimos muchas fuentes de información, desde la bibliografía que hay, las marcaciones que te hacen los diversos jurados cuando vas a competir y también el hecho de haber visitado a las comunidades nativas de cada región. Ahí se aprende mucho de cada estilo", recalca la mujer, que tiene 46 años y baila en El Ceibo desde que tiene memoria.
En la actualidad, sólo se mantiene el cuerpo de baile adulto, integrado por entre veinticinco y treinta personas, dependiendo de la época del año. Aunque no hace mucho tiempo, cuando Pichina estaba más activa, ella misma supervisaba a las formaciones infantiles.
Otro de los ejes centrales de la institución marplatense, que recibió premios en Cosquín y mostró su arte en todo el territorio argentino y en los países limítrofes, es su gratuidad. "Nunca cobramos por bailar, cuando hemos ido a bailar fue gratis, creo que por eso hemos durado tanto, porque nunca mezclamos el dinero. Lo que nos movilizó siempre fue llevar nuestro granito de felicidad a quienes más nos necesitaban", dice Griselda. Y recuerda entre risas la vez que perdieron la oportunidad de viajar a España para participar en un festival, porque "Pichina no quiso pisar un avión, le tiene miedo a los aviones".
Con una vida personal imbricada en la de este grupo, Pichina nació un 28 de agosto de 1921 en Dolores. Allí conoció a quien después sería su marido y padre de sus tres hijos. Evoca Griselda que su abuelo era un hombre de campo que falleció en 1986 y que, hasta su muerte, se desempeñó como presidente de la agrupación.
"A pesar de sus años, Pichina no es la típica abuelita que se queda en la hamaca. Ella se prende en todas las actividades que hacemos con el grupo, si vamos a comer después de alguna actuación, ella viene con nosotros. Suele decir que ahora no hace nada en comparación con lo que hacía antes, pero el hecho de convocarnos a bailar es todo", comenta y dice de su abuela que "siempre tiene un gesto de cariño para todo el mundo, siempre tiene una palabra justa. Cobija bajo su poncho a todo el mundo". Y calcula que ya pasaron por la entidad unas quinientas personas.
Fuente: Diario La Capital -Mar del Plata Argentina

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